*Después del beso que despertara a Blancanieves, todo fue fiesta y alegría, el lugar se lleno de animales que saltando de un lado para el otro llenaban de vida aquel lugar que hasta hacia solo unos momentos estaba rodeado de tristeza por la aparente muerte de Blancanieves, gacelas y ciervos corrían y saltaban junto a multitud de golondrinas de diferentes colores, tomaron vino y cenaron cuanto pudieron agradeciendo al cielo porque no hubiera muerto Blancanieves.
Después de la cena Blancanieves y su príncipe salieron a caminar por el bosque y absorbidos por el amor que se tenían pusieron en marcha los preparativos para su boda, que se realizaría la mañana siguiente, a esta asistieron todos los animales del bosque, los siete enanos fieles acompañantes de Blancanieves y un pequeño sequito de guardias y sirvientes que acompañaban al príncipe por donde tomara camino.
Uno de los sirvientes convenientemente era un ministro y así la boda pudo hacerse realidad sin ningún inconveniente, se casaron en el bosque pues no querían esperar un solo minuto. Blancanieves estaba ansiosa por volver a su castillo, tenía un oculto sentimiento de venganza en su corazón, por su parte el ingenuo príncipe pensaba que llegaría a un lujoso castillo para conocer al rey y a la reina que habían dado vida a su amada.
Blancanieves era una menuda princesa, tan blanca como la nieve, y de ahí su nombre, que detrás de sus rojos labios y sus azules e inocentes ojos, desde el momento en que el príncipe con su suave y delicado beso le devolviera la vida había planeado llevarlo al castillo para que le ayudase a tomar venganza contra la reina quien había mandado matarle y luego ella misma quiso envenenarle.
Pasada la boda, la fiesta y el barullo Blancanieves y el príncipe se despidieron de cada uno de sus amigos lo enanos y partieron rumbo al castillo del rey, los sirvientes del príncipe acompañaron a los jóvenes en su camino y los asistieron en todo lo que pudieron, el príncipe era un joven de muy buena familia pero en realidad de muy poco dinero, si es verdad que tuviese muchos sirvientes no era más que por lealtad a su padre que había sido el mejor rey que tan lejanas tierras hubieran tenido, así que a regañadientes y con el angustioso presentimiento de que la hasta ahora extraña mujer que los acompañaba y llevaba a un nuevo destino no fuera una buena mujer siguieron fieles y atentos a sus órdenes.
Pasaron aproximadamente unas quince noches de camino para llegar al castillo al que se dirigían, en un súbito y repentino impulso Blancanieves bajó de la carreta y corrió como el viento por entre el campo hacia una pequeña casita justo detrás del castillo, allí casi entre sollozos abrazó a una tierna y harapienta mujer, Jazmín, ella era su verdadera madre y no la reina como todos pensaban por aquel lugar, la mujer que realizaba los oficios de bordado era la madre de la joven más hermosa del reino, era la razón verdadera por la que la reina odiara tanto a Blancanieves, no era por bella como ahora pensaba todo el mundo, simplemente la odiaba por ser la imagen de su fracaso y amada por su desleal espejo, Blancanieves y su madre se habían llevado el amor del rey y del espejo mágico.
La Vida en el reino antes de Jazmín
La reina y su rey eran dos esposos recientemente unidos por la grandiosa y pomposa
ceremonia a la que se habían enfrentado cuando sus padres decidieron desposarlos a los 18 años de edad, cada uno no había visto mas muchacho o muchacha que el que tenía al frente así que sin más se enamoraron profundamente y eran una pareja feliz para alegría de sus padres, tantos años pasaron felices que nunca se dieron cuenta de todo el tiempo que había pasado sin lograr un heredero, la pobre reina no podía tener hijos, y su severa suegra no hacía otra cosa al día que perseguirle con remedios caseros que sus fieles sirvientas le traían como soluciones mágicas para que la joven, que en ese tiempo seguía siendo princesa quedara en cinta, el tiempo seguía pasando sin resultado
alguno hasta que la reina se encontró con una bruja que prometía hacer que el príncipe tuviera una hermosa hija, blanca como la nieve, de cabellos negros como la tierra, ojos azules tan profundos como el agua del mar y unos inigualables labios carnosos y tan rojos y llenos de vida que alegrarían a cualquier ser en el universo.
la joven lo pensó unos segundos, miro a su joven esposo y ambos asintiendo con la mirada estuvieron prestos a hacer todo lo que fuere necesario para obtener lo que les faltaba para ser esa familia deseada. Deseada mas por el Gran Rey y por suegra la reina que por los dos jóvenes, así y con las palabras la misteriosa bruja, pues ni la gran reina sabía de qué lugar provenía fue cuestión de meses para sentir en el aire que todo estaba cambiando, las tierras eran más verdes, las flores cada una más hermosa que la otra y al fin la joven, embarazada, no alcanzaron a dar la noticia cuando por un terrible descuido la joven resbaló y con gran tristeza perdió a la criatura, la gran reina llena de ira por todo lo que le había pagado a la bruja le exigió que cumpliera lo que habían pactado así tuviera que pasar por encima de la joven esposa, fue así como la bruja hizo, con un hechizo que el joven mirara a otra mujer, el amor tenía tan cegado al hombre que le costó bastantes meses lograr que el príncipe se fijara en la joven bordadora, un día de verano, con un sol resplandeciente todo sucedió, el príncipe y la criada cruzaron sus miradas y esta vez no fue el amor lo que los unió fue un increíble deseo de estar juntos, tuvieron una larga relación y aunque todo comenzó por el deseo y la lujuria, en el momento en el que Jazmín quedó embarazada el príncipe lo envolvió un sentimiento gratificante y lleno de paz, sentía que había logrado lo que quería, o lo que querían sus padres, un heredero, absorto por la idea contó todo a sus padres sin pensar que en ese momento hirió tan profundo el corazón de su joven esposa que hasta la cara me cambió, sus facciones se volvieron tan duras y su mirada tan malvada que ya hasta sus sirvientes sentían miedo de hablarle y hacían todo lo que ella decía sin musitar palabra.
*Momentos antes de caer tendida en el suelo por el efecto envenenante de la manzana Blancanieves vio como la anciana en cuestión de segundos se había convertido en la amargada reina del castillo junto a su casa, cuando llego a la casucha contó a Jazmín lo sucedido y le dijo que no soportaría otro ataque más por parte de la esposa de su padre. Jazmín entre tanto rogaba por que la joven no hiciera nada que perjudicara aún más la salud del envejecido rey, y le suplicaba ante los atónitos oídos del joven amado de Blancanieves que desistiera de esa idea tonta de contarle a todos que ella era su verdadera madre, y que la reina por consejo de la bruja que se había quedado en el reino desde el mismo instante en el que Blancanieves nacido había decidido matarle para que el rey volviera a amarle como lo hacía en el principio de los años, cuando todo era felicidad.
Pasaron unos días sin que la reina notara la presencia de Blancanieves en el reino fue solamente hasta que al hablar con su espejo el nuevamente le respondió que Blancanieves era la más bella y que estaba nuevamente cerca a él, el espejo destellaba de felicidad y la reina de la ira lo tiro por una ventana para que se rompiera en mil pedazos, no soportaba la idea de tener cerca a la joven y menos si se encontraba viva, lo que ella no sabía eran los deseos vengativos de Blancanieves que había pasado de ser la joven más dulce y bondadosa del reino a la más malvada y calculadora de todas, algo en sus ojos cambió y ya los animales no saltaban a su alrededor, el príncipe azul y su sequito de acompañantes también notaron algo distinto, algo más misterioso en el aura de Blancanieves, los sirvientes lo notaron mucho más rápido, nunca estuvieron convencidos del transparente espíritu de la joven y convencieron al príncipe de emprender la huida en la mitad de la noche, el sintió tanta angustia que por primera vez hizo caso a su corazón y a sus sirvientes y no a su grande necesidad de volver a tener todos los lujos que tuvo en su infancia, apenas oscureció salió galopando.
Situación que dio otro motivo más a Blancanieves para tomar venganza, ahora la su furia y la venganza habían hecho que su amado se alejara en la mitad de la noche, su madre estuviera constantemente preocupada y su padre estuviera cada vez más enfermo debido a los constantes enfrentamientos entre ella y su esposa.
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